De vez en cuando, cuando una pelota de béisbol es golpeada muy fuerte y muy lejos, es posible que escuche a un comentarista decir: Esta pelota aún no ha caído. Eso nunca fue más cierto que el martes por la noche en el Minute Maid Park, cuando un doble de Shay Whitcomb literalmente no acertó.
Esto se debe a que la pelota se atascó en lo alto de la cerca del jardín central izquierdo, de manera muy parecida a una pelota de baloncesto que se atasca entre la canasta y el tablero. La cuerda congelada de Whitcomb salió del bate a 108,5 mph y se encajó perfectamente en el eslabón de la cadena, lo que resultó en un doblete automático. ¿La mejor opción después de lanzarlo por encima de la valla? Golpeándola contra la valla.
Lo que es aún más notable acerca de esta extraña acción es que los Astros han estado involucrados en otros dos eventos extraños en el estadio sólo en la última semana. El martes pasado, el misil de práctica de Yordan Álvarez provocó un mal funcionamiento en el marcador del Tropicana Field, y el prolífico toletero bromeó después diciendo que «no iba a pagar esa cuenta». Unos días más tarde, con los Astros de regreso en su campo local, José Altuve conectó una línea de 108.4 mph que sacó un número del marcador de mano fuera de la ciudad y fue pasada impecablemente hacia adentro.
El doble de Whitcomb finalmente fue recuperado por miembros del equipo de jardinería de Houston, quienes tuvieron que subir para recuperarlo. Nadie sabe qué maravillas poco convencionales nos brindarán los Astros y/o el Minute Maid Park a continuación, pero esperemos que sigamos viendo cosas que nunca antes habíamos visto.